Por Carlos Pérez, Fira del Llibre de València, 1995.
«En segundo lugar, los libros de Paco y Carles son también, pedagógicamente modernos. Enseñan al lector cosas indispensables y de enorme utilidad para desenvolverse con soltura en la vida de hoy (por ejemplo, a distinguir el mar de un elefante). En consecuencia huyen de la moraleja, de la sintaxis estricta y de la referencia constante a los vicios y las virtudes. Su adicción a la pedagogía natural les impide inspirarse en metodologías cuya único objetivo es que el niño lea correctamente frases como ‘Pamela limpia la tulipa’ o ‘Chano chocó con su carro de chatarra contra la choza del chino’. Paco y Carles al igual que Maria Montessori -aquella pedagoga que recogía hojas de los arboles- o Tom -el protagonista de los cuentos de Hoban que obtuvo un combustible a partir de mermelada- combaten la estupidez a partir de fórmulas cuyos ingredientes son lo que cualquier sesudo pedagogo suele calificar como una solemne tontería. Dicho de otro modo, Carles y Paco parten de la simpleza más absoluta y extravagante para educar e instruir deleitando (viejo y siempre actual lema que muchos pedagogos, pretendidamente modernos, prefieren olvidar).»